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DIRK BOGARDE

 

 

 

Según en una autorizada biografía sobre Dirk Bogarde, existen cuatro posibles razones para que el actor británico no se convirtiera en toda una estrella de Hollywood. El que “Sueño de amor”, su lanzamiento allí en 1960 fuera un fracaso podría ser una de ellas. También que su indiscutible talento interpretativo no se consideró en ese momento diferente al de Montgomery Clift, John Cassavetes o Anthony Perkins, y no hubiera posibilidad para él de competir en la comedia ligera interpretada por Cary Grant o Rock Hudson. En tercer lugar, el ferviente deseo del actor de hacer películas que realmente demostraran que era un actor serio. Y en cuarto, lo que más le condicionó, su tajante negativa a acceder, para su promoción: un matrimonio arreglado con una starlett, negativa que no gustó nada a los grandes productores de Hollywood.... A pesar de estos inconvenientes, Dirk se alzó siempre como un actor extraordinario, dúctil en manos de los maestros que le dirigieron y un carisma, unido a su atractivo personal que dejaron boquiabiertos a esos rivales que menciono anteriormente.... Pero vayamos con sus comienzos:

 

 

Hace 96 años, el 28 de Marzo de 1921 nacía, en un suburbio londinense de Hampstead (Inglaterra), Derek Jules Gaspard Ulric Niven van den Bogaerde.

-“La infancia fue para mí básicamente un patio trasero, una pala y un cubo de barro y alguien que me cuidaba”-

Hijo de Ulric van den Bogaerde, editor artístico del periódico The Times y de la actriz Margaret Niven, el pequeño Derek tenía, además, dos hermanos, Elizabeth y Gareth. Educado en la escuela de Glen Allen, en Glasgow, asistió después a la universidad de Londres, especializándose en arte comercial. Aunque la intención de su padre era que se quedara en The Times como crítico de arte, Derek se convirtió después en estudiante de teatro, trabajando también como artista comercial y diseñador de escena. Aprendió a desenvolverse como actor en la Amersham Repertory Company, y se inició en el escenario londinense en 1939 con un papel en donde sólo tenía una frase. Su debut en el London’s West End llegó unos meses más tarde con la obra “Cornelius”, donde figuraba como Derek Bogaerde. Su debut cinematográfico sería ese mismo año como extra en “Come on George!”. Pero su recién iniciada carrera como actor se vio pronto interrumpida por la irrupción de la Segunda Guerra Mundial. Se unió al ejército, alcanzando el rango de capitán, y estuvo en las batallas de Europa y el Pacífico como oficial de inteligencia. Fue uno de los primeros oficiales aliados en llegar al campo de concentración Bergen-Belsen en Alemania, una terrible experiencia de la que no pudo hablar durante mucho tiempo. No en vano, siempre fue “Rey y patria” su película favorita por reflejar tan claramente su punto de vista antibelicista. Tras la guerra, Derek fue contratado por la Rank Organization para comenzar, al fin, su carrera como actor cinematográfico, ya con el nombre de Dirk Bogarde.

-“Estaba tan flaco como una gallina desplumada. La Rank Organization me abastecía con pesas. Me ponía dos jerseys debajo y encima la camisa”-

Tras títulos como “El farol azul” y “Extraño suceso”, Bogarde obtuvo su primer éxito cinematográfico en 1954 dando vida a Simon Sparrow en “Un médico en la familia”, éxito que le llevó en los años siguientes a repetir este mismo personaje en “Un médico en la Marina” , compartiendo cartel con Brigitte Bardot), “Un médico fenómeno” y “Los problemas del doctor”.

-“Primero fue la guerra y después la paz, y de repente yo era una estrella de cine. Todo sucedió muy pronto”-

En ese mismo año de 1954, era elegido por el director americano Joseph Losey para protagonizar “El tigre dormido”, título que iniciaría con Losey y lo completaría con “El sirviente”, uno de sus más memorables interpretaciones del actor, junto con “Rey y patria”, “Modesty Blaise” y “Accidente”. Dirk había conquistado a los mejores directores europeos, con su mirada, su atractivo y esa forma ambigua con la que enamoraba a la cámara. La década de los 50 traería a Bogarde otras películas como “El jardinero español”, “La dinastía del petróleo”, “El viento no sabe leer” o “Historia de dos ciudades”. Los 60 nos presentaban a un Dirk Bogarde ya más formado como actor, tal como se demuestra en la variedad de registros de sus personajes. Papeles como el de “El ángel vestido de rojo”, “Sueño de amor” (donde daba vida al compositor Franz Liszt) o “Motin en el Defiant”, un mano a mano con Alec Guinness, contrastaban con los más intrigantes que interpretó en “Víctima” o “El extraño caso del Dr. Longman”. O “A las nueve cada noche”, inquietante historia dirigida magistralmente por Jack Clayton sobre siete hermanos, niños todos ellos, en la que Bogarde brillaba con luz propia como el supuesto padre de las criaturas. También en esta década, Dirk fue dirigido por John Schlesinger en “Darling”, junto a Julie Christie, por George Cukor en “Justine”, junto a Anouk Aimée, y por Luchino Visconti en la magistral “La caída de los dioses”. A finales de los años 60 decidió trasladarse a Europa viendo que su carrera se inclinaba más hacia la clase de películas que se producían en Italia, Francia y Alemania que a las producidas en Inglaterra o Estados Unidos. En Paris llegó a vivir alrededor de veinte años cumpliendo así un sueño que tenía desde la adolescencia.

 

 

En 1971 vendría esa obra maestra, rodada a las órdenes de Visconti, “Muerte en Venecia”, donde Dirk Bogarde llegó a la cumbre de su profesionalidad, brindándonos con su Gustav von Aschenbach uno de los personajes más difíciles y recordados de la historia del cine. La mezcla entre Visconti y Bogarde nos lanzó para gloria de todos los cinéfilos del mundo, una de las mejores películas de toda la historia....El resto de los años 70 sería completado con títulos como “El serpiente”, “El portero de noche”, dirigido por Liliana Cavani, “Providence”, a las órdenes de Alain Resnais y “Un puente lejano”, dirigido por Richard Attemborough donde junto a Bogarde se paseaban por la película nombres tan conocidos ya como Robert Redford, Sean Connery, Gene Hackman, Anthony Hopkins, Michael Caine, Laurence Olivier, James Caan o Maximiliam Schell. Y aún nos dejó dos últimos trabajos como buen testimonio de su enorme calidad de actor: “The Patricia Neal story”, película para la televisión donde Bogarde encarnaba al escritor Roald Dahl, y a las órdenes de Bertrand Tavernier, “Daddy nostalgie”, una entrañable historia en la que Jane Birkin hacía el papel de su hija....La carrera de Dirk Bogarde pudo haber sido aún más extensa. El actor fue considerado para el papel de Thomas Cromwell en “Un hombre para la eternidad”, para el de Louis Jourdan en “Gigi” y para el de Omar Shariff en “Doctor Zhivago”, circunstancias poco conocidas, hicieron que nunca interpretara tan sugestivos papeles, pero rechazó el de Glenn Ford en “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” y el de Jeremy Irons en “La Misión”.... Tampoco quiso rodar “El día más largo”.

-“Rex Harrison es el actor del que más he aprendido. Cuando tenía que pensar en cómo iba a desempeñar un papel, pensaba en cómo lo enfocaría él”-

Gran amigo de Rex Harrison, actor que más le influyó en su decisión de dedicarse a la actuación, Bogarde consideró la idea de retirarse en 1974 tras el rodaje de “Portero de noche”, título que le había dejado agotado, pero los consejos de Harrison le hizo recapacitar..

-“Ocurre algo malo con los actores, siempre hemos sido una raza sospechosa. Me encuentro más admitido en Inglaterra, alli he escrito libros”-

En 1977 empezó a vislumbrarse su segunda pasión, la escritura. Pronto se convirtió en un conocido escritor, con “A postillion struck by lighting”, fué el primero de los siete volúmenes que formarían su autobiografía. Y seis novelas que se convirtieron en best-seller, “A gentle occupation”, “Voices in the garden”, “West of sunset”, “Jericho”, “A period of adjustment” y “Closing ranks”.

-“El tipo de actuación que yo hacia ya no existe, debido a que lo que prima hoy es el presupuesto, el tiempo de rodaje y si el publico logra entenderlo"-

A lo largo de su carrera cinematográfica, Dirk Bogarde fue galardonado con multitud de premios. Obtuvo el británico Bafta por “El sirviente” y por “Darling”, siendo nominado por “Víctima”, “Accidente”, “Muerte en Venecia” y “A las nueve cada noche”...Fué candidato a los Globos de Oro por “Sueño de amor” y “The Patricia Neal Story”...Nombrado miembro del British Film Institute en reconocimiento a su destacada contribución a la cultura cinematográfica y también Presidente del Jurado en el Festival de Cine de Cannes en 1984. Bogarde fue asimismo distinguido con el Chevalier de l’Ordre des Lettres del gobierno francés en 1982. En 1985 la Universidad St. Andrews en Escocia le concedió el doctorado honorario en literatura. Y fue también distinguido con el Knight Bachelor de la Orden del Imperio Británico en 1992 por sus servicios al teatro, siendo nombrado caballero de forma oficial.

 

Para ser un actor, alguien obligado a vivir la mayor parte de su vida a la vista de todos, Sir Dirk Bogarde fue un personaje enormemente celoso de su intimidad. En parte, ese anhelo se explica por su actitud negativa a la hora de hablar de su relación con Anthony Forwood, con quien compartió su hogar durante casi 40 años. Antes de morir, prendió fuego a la mayor parte de sus papeles, fotografías y sus cartas, entre los que figuraba, para decepción general, un diario que había escrito durante su visita a Belsen, pequeña localidad del noroeste de Alemania donde los nazis levantaron un gran campo de concentración y de exterminio inmediatamente después de la liberación de este lugar en 1945. Bogarde había pasado por una traumática experiencia bélica, responsable de su personalidad reservada y sensible Dos años después de su muerte, el 8 de mayo de 1999, a los 78 años de edad, se hizo público lo que le dejó a su sobrino Brock,  una enorme colección de películas caseras, grabadas desde finales de los años 50 hasta mediados de los 70. Las películas, todas en color, muestran escenas de su vida con Forwood y los muchos momentos de ensueño que disfrutó en el ámbito privado con otras estrellas del cine, como Elizabeth Taylor, Marlon Brando, Judy Garland, Jean Simmons, Michael Wilding y Gregory Peck, que le iban a visitar a sus casas de Buckinghamshire y Sussex.

-" Dirk me las entregó hace años, cuando volvió a Inglaterra después de vivir en Francia"- comentó Brock-

 

Bogarde y Forwood residieron en Francia desde principios de los años 70 y no regresaron a Gran Bretaña hasta 1987, cuando Forwood se encontraba gravemente enfermo de un cáncer del que murió seis meses más tarde. Se habían trasladado a la Provenza porque, en aquella época, Dirk Bogarde estaba mucho más solicitado para trabajar por los directores de cine europeos, aunque también para huir del agobiante régimen fiscal de Gran Bretaña.  

-" Dirk nunca quiso volver a ver aquellas películas caseras después de la muerte de Tony. Ver esas películas le habría resultado muy doloroso: demasiados recuerdos de Tony. Iba a deshacerse de ellas, pero creo que me las confió a mí porque yo le dije que me interesaban tenerlas "-.

 

ANTHONY FORWOOD, AMIGO, AMANTE Y SECRETRIO DE DIRK DURANTE MUCHOS AÑOS

Brock, que trabaja actualmente en el área de la producción de cine, es también el albacea literario del actor y el principal beneficiario de su herencia. Hace algunos años dispuso que todas las películas se transfirieran a soporte digital para su mejor conservación, aunque no fue sino hasta que la BBC se puso en contacto con él, a propósito de un documental sobre el actor, ese instante fué cuando todo el mundo y sus familiares más próximos, se enteraron de la existencia de las películas. Algunas secuencias pudieron verse como parte del documental de referencia que la BBC programó en su día. El sobrino Brock vivió en casa de Bogarde, cerca de Grasse, en la Provenza, en 1975, cuando se filmó el último rollo de esas películas caseras. Brock se fue allí al término de su etapa escolar en Inglaterra. Con 18 años de edad por aquel entonces, pasó meses con Bogarde y su amante Forwood, trabajando en el olivar que ambos tenían, a la vez que asistía a clases de francés en Cannes. Fue más o menos por aquella época cuando Dirk Bogarde empezó a escribir  "A postillion struck by lightning ", el primero de sus siete volúmenes de memorias. Sin embargo, estos tomos de memorias no confiesan jamás a las claras la auténtica naturaleza de las relaciones entre Bogarde y Anthony Forwood, aunque eran del dominio publico. En las entrevistas periodísticas, Bogarde se refería a su compañero íntimo como «mi representante» o, en todo caso, en muy raras casos, como «mi compañero».En su vida cotidiana, para Bogarde Forwood era Tote, un apodo que se cree que venía porque el actor pensaba que su compañero era «totalmente divino». Sin embargo, aunque en el mundillo cinematográfico se rumoreaba, sigue siendo un secreto los detalles precisos de su relación. Brock puntualiza que, en la casa de Francia, cada uno de ellos tenía su propio dormitorio y describe el de Forwood, con un aspecto como más infantil, con un osito de peluche encima de la cama. Según la expresión francesa que él utiliza, la relación Bogarde Forwood era un «mariage blanc». John Coldstream, que trabaja en estos momentos en una biografía de Bogarde, está de acuerdo con esa afirmación. «A decir verdad, fue en eso en lo que terminó convirtiéndose», añade, «aunque de lo que no estoy seguro es de cómo empezó. De lo que no me cabe duda es que era una relación de infinito compañerismo y de profundo afecto. Ambos se conocieron en octubre de 1940, cuando Forwood, que había ido a ver actuar a Bogarde en una obra de teatro en Amersham, se presentó a sí mismo al actor tras la representación.

 

Bogarde era, por encima de todo, homosexual, Sheridan Morley, el primero de los biógrafos de Bogarde, reconocía que si se abrieras el armario de Dirk, lo más probable sería que te encontraras dentro un par de botas de jardinero. En un programa de televisión, cuando a Bogarde le preguntaron sobre la sexualidad de su amigo Russell Harty, el actor replicó:

-" Yo sigo encerrado en mi concha y él todavía no ha conseguido abrirla"-.

Las películas caseras permiten asomarse a lo que Brock  llama, con absoluta propiedad, «otro mundo, otra época y repletas de encanto». Tal y como el propio Bogarde se encargó de subrayar en cierta ocasión, «yo no me abandono a los caprichos; son los caprichos los que salen a mi encuentro».

Sus invitados, tanto en su casa de las afueras de Amersham como, más adelante, en la de los Downs, de Sussex, y, posteriormente, en la de la Provenza, eran siempre las más destacadas estrellas del momento. La mayor parte del metraje de estas películas son grabaciones realizadas por Anthony Forwood, que, al término de la II Guerra Mundial, había empezado a trabajar en el mundo del cine. También el propio Bogarde rodó secuencias desde la ventanilla abierta del Rolls Royce en el que Forwood llevaba y traía a su amante a los platós cinematográficos. Existen secuencias de una Judy Garland de aspecto triste, junto con Bogarde, en un columpio; hay otra de Ava Gardner con su perro.Una de esas películas caseras muestran a la actriz italiana Capucine, que mantuvo una estrecha amistad con Bogarde, que sus responsables de relaciones públicas estaban encantados de que la prensa creyera que entre ellos había un apasionado romance. Cualquiera que fueran esas relaciones, esas películas muestran a Bogarde y Capucine chapoteando juntos en la piscina.

 

 

Quiero puntualizar que en aquellos años, finales de los años 50 y principios de los 60, Dirk fue elegido el segundo personaje más popular del mundo y no sólo de Gran Bretaña... En las películas también aparece Forwood de vez en cuando, era un hombre apuesto, con una pinta muy atractiva, aunque Brock tiene muchas más fotos del compañero de Bogarde. Hasta los padres de Bogarde hacen su aparición en las películas, sobre todo, en una en particular, rodada en 1970, en la que se le ve con su madre. Se grabó en Venecia, cuando el actor se trasladó allí para hacer el que muchos consideran su mejor filme, Muerte en Venecia. La película casera muestra a madre e hijo en un canal. Se supone que la escena debió de ser captada por Anthony Forwood. Brock está absolutamente seguro de que Bogarde habría querido que esas películas se exhibieran ahora:

-"Yo creo que él sabía que, algún tiempo después de su muerte, esas grabaciones saldrían a la luz pública, siempre dio a entender que no le importaba lo que ocurriera cuando hubiera muerto. También dio a entender que le traía sin cuidado que se escribiera una biografía oficial o no. En realidad, en cierta ocasión me dijo que yo terminaría hablando con el autor de su biografía."-

 Bogarde, era un hombre emotivo a quien se le podía hacer llorar con facilidad. Influido por el matrimonio no muy feliz de sus padres y por un padre distante, y profundamente marcado por sus experiencias en la guerra, Dirk Bogarde volcó su capacidad de compasión en la pantalla. Algunas de sus actuaciones, muy en especial en Víctima, una película que rompió moldes en su época, y realizada a principios de los años 60, sobre el tema de un homosexual casado que se ve obligado a llevar una doble vida, y posteriormente en Muerte en Venecia, con su adoración por un adolescente, demostraron hasta qué punto el propio dilema de Bogarde le permitía una mejor comprensión de los papeles que encarnaba. También, como todo buen actor, poseía una extraordinaria capacidad para traspasar sus sentimientos, alegrías y ambigüedades a la pantalla. Fué un actor fuera de los cánones establecidos por el sistema, Dirk era Dirk siempre y eso a todos los que amamos el cine, le estaremos eternamente agradecidos. El deseo de Bogarde de mantener en secreto su vida íntima le acompañó hasta el último momento de su vida. A Brock le pidió que no se celebrara ningún funeral tras su muerte. Sus deseos se vieron cumplidos. Aunque se muestra retraído a hablar de la relación de su tío con Forwood, Brock admite que se trataba de una relación ciertamente maravillosa y llena de cariño, pero de compañerismo, fundamentalmente. Tony representaba el equilibrio en la vida de Dirk. Contribuyó también a atajar los temores que Dirk tenía de perder los estribos. Brock llevó las cenizas de Bogarde a la que fue su casa de campo de la Provenza. Decidió esparcirlas en el mismo lugar en el que Dirk disfrutó de tantos años de felicidad con el hombre que, sin lugar a dudas, fue el amor de su vida: Anthony Forwood.

Si hay un papel asociado a este actor británico, éste es el del compositor de mediana edad Gustav von Aschenbach en la película de Luchino Visconti "Muerte en Venecia", obsesionado con el adolescente andrógino Tadzio. Pero Bogarde, aparte de brillar como nunca en la obra de Visconti, había participado en la Segunda Guerra Mundial, y se hizo muy popular en los años cincuenta, gracias al papel de Simon Sparrow, el elegante médico de la serie Doctor in the house, antes de interpretar papeles más exigentes en filmes como Portero de noche o Víctima. Precisamente en esta última película, Dirk encarnaba a un abogado de éxito, a punto de convertirse en juez, que, aunque está casado, es homosexual. Bogarde nunca contempló la posibilidad de contraer matrimonio en la vida real para ocultar su homosexualidad, un hecho que, probablemente, hizo que en Hollywood le dieran pocos papeles, y mantuvo una larguísima relación con su manager, Anthony Forwood. Antes de morir, hizo desaparecer la mayor parte de sus papeles personales. Lo único que salvó de la quema fue una colección las películas caseras, que grabó y que muestran escenas de su vida cotidiana al lado de Forwood.

-" A veces, solo a veces. Se mezcla la belleza con la hermana eterna de la memoria mortal. Una búsqueda, quizás infructuosa de lo sublime a lomos de una jauría que eternamente camina….  Hacia un ocaso anunciado "- comento el actor-

Palabras que podrían definir la búsqueda de una perfección, que solo existe en la mente de uno. Que, ante el paso del tiempo, se hace mas importante, mas grande y dolorosos en un intento por retener…. Lo que su caminar nos niega

 

EL SIRVIENTE

 

 

MUERTE EN VENECIA

 

 

Las imágenes de este inolvidable clásico del cine son de dolor y sufrimiento, fundidas en un film de una lentitud aplastante. Plagada de imágenes serenas de belleza cautivadora. Demostrando, que el cine también puede ser arte.y como un suave bamboleo. Mecernos aderezados en perfecta simbiosis, con la sublime música del Adagietto de la 5ª Sinfonía de G. Mahler, algo que va único al pensamiento del profesor y a las secuencias del maestro italiano. Profundamente barroca y mostrando sin pudor, un profundo lirismo disfrazado de homosexualidad. Plasma en la imagen la pura esencia de la belleza física y objeto de deseo. Mucho mas allá de lo meramente sexual. Objeto de ese deseo enfermizo que se le escapa entre los dedos. Construyendo, a través de esa fascinación no correspondida. Una historia para paladares exquisitos de búsqueda y muerte. De lo sublime, entendido como una quimera inalcanzable. Un film en el que Luchino Visconti nos regala su particular visión sobre la búsqueda de lo imposible. Sobre anhelos no correspondidos y un tiempo que inexorablemente nos deja, una huella tan dolorosa como incierta. Que, aunque no queramos ver esta ahí, devorando como ave de rapiña ilusiones y esperanzas escondidas. Película de profunda belleza cautivadora, que juega con los sentimientos de un espectador que asiste atónito a una catarata de sensaciones, resumidas en fotogramas dirigidos a quienes pueden bucear mas allá de la idea que se plantea. Asistimos a una muerte despojada de lo material. Simplemente expuesta a un sol de justicia que hace caer la mascara de lo que no somos. Mientras un dedo enigmático, señala el infinito en un plano final que nos devuelve el amor por la imagen...por el cine...Película en la que Dirk Bogarde, encarna la búsqueda de lo que ya nunca volverá. En contraposición a Tadzio. Que, simplemente es lo que quedó atrás, lo inalcanzable. Quizás tenga muchas interpretaciones, quizás su ritmo este alejado de lo frenético que se hace ahora. Quizás solo sea cine para disfrutar y pensar en lo efímero…. quizás puede ser tantas cosas…

 

Con Victim su carrera da un giro radical:

 

- " La imagen tan cuidadosamente forjada por el estudio a lo largo de catorce años se derrumbó de la noche a la mañana. Fue la decisión más sensata de toda mi vida"-

 

 Aceptó el papel de un abogado de éxito chantajeado por sus inclinaciones sexuales, después de que fuera rechazado por numerosos actores. El correo de las fans enamoradas del héroe romántico se vio sustituido por cartas llenas de insultos y amenazas. Fue una película muy valiente en su momento, que denunciaba la legislación británica de la época sobre la homosexualidad. Aunque la prohibición por ley se mantuvo hasta 1967, esta película tuvo gran importancia en la aceptación social de la homosexualidad en el Reino Unido. Aunque el público se sintió desconcertado, los críticos y cineastas supieron apreciar el cambio de rumbo que tomaba la carrera del actor, quien deseaba interpretar personajes cada vez más complejos en películas más ambiciosas. Mención especial merecería El sirviente, primera de las cinco colaboraciones con Joseph Losey,  Bogarde interpreta al perfecto mayordomo capaz de solucionar cualquier problema, que empieza a trabajar a las órdenes de un joven y rico heredero hasta hacerse totalmente imprescindible: desde elegir los colores amarillo y fucsia para la pared, hasta terminar lavándole los pies. La película nos muestra la inversión de roles entre ambos en un decadente sistema de clases, y se convierte en un estudio feroz de los mecanismos del Poder. Con la transmisión de poderes, el opresor se convierte en oprimido y viceversa. Además, esta relación amo-sirviente no está exenta de ambigüedad; las connotaciones sexuales, incluso sadomasoquistas, son constantes. Tras despedirlo, el nivel de dependencia es tan fuerte que tiene que volver a contratarlo, y otra vez juntos, en su rutina diaria, dedican su tiempo a hacer juegos infantiles durante el día y orgías salvajes por la noche. Esta vez, el sirviente toma las riendas del poder y el joven aristócrata se abandona completamente en sus manos, ve anulada su voluntad y su capacidad de decisión, dominado por su dependencia hacia el sirviente, o como se deja caer al final, por una supuesta adicción a las drogas...Personalmente considero este film como una obra de culto y toda una lección del mejor cine europeo. A la hora de hacer este análisis habría que tener muy en cuenta, según testimonios, la bisexualidad de Joseph Losey. En Accidente, la ambigua relación tutor-pupilo que sostienen Bogarde y Michael York apunta en la misma dirección. Por no hablar del excéntrico villano que interpreta en Modesty Blaise, con peluca plateada.

 

 

 

Dirk Bogarde nos dejaba, muy tristemente, a los 78 años de edad, el 8 de Mayo de 1999.

 

 Gracias, Dirk, por tu saber estar ante las cámaras, tu naturalidad, elegancia, tu magnética personalidad y tu impecable profesionalidad en todos y cada uno de los papeles que interpretaste. Y... gracias también por demostrarnos a todos los que amamos el cine que, realmente, no necesitabas a Hollywood.

 

Siempre...siempre nos quedará Venecia…

 

 

"Amo a la cámara y la cámara me ama a mí. Bueno, no mucho a veces. Pero somos buenos amigos”

(DIRK BOGARDE)