ESCRIBIDME A:
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EL PRECIO DEL PODER
SCARFACE
Otra vez voy a escribir sobre la historia del ascenso y
caída de un magnate del narcotráfico... y, sobra decirlo, otra vez vuelvo a
embriagarme.... Pero atención, a diferencia de los gangsters que ascienden y
caen como en los films de Coppola o Scorsese, que tienen su glamour y su
elegancia y saben poner esa cara de "estoy predestinado para ser alguien
importante", los rufianes que ascienden y caen en Scarface son vulgares y no
dejarán de serlo aunque estén nadando en dólares. Incluso nos recuerdan un poco
a los Small time croocks del Woody Allen. Pero ahí reside gran parte del encanto
de la película, en esas imágenes de nuevos ricos viendo la tele en un jacuzzi
inmenso, aspirando coca y discutiendo por todo. Esto no es New York, ni siquiera
Chicago, ni New Jersey, es Miami y en Miami lo más parecido al glamour aún está
por llegar a través de los océanos del tiempo. El guión es de Oliver Stone, y
hará que pasen a la posteridad las imágenes del Al Pacino con la nariz
empolvada, como si acabase de coger un recipiente lleno de harina y con una
metralleta en mano, fuera de sí... De Palma nos enseña que la ambición es mala y
que el poder y el dinero no dan la felicidad.... Michelle Pfeiffer ya se lo dice
al narcotraficante cantando: "We are not winners, we are losers", pero, igual
que en la mayoría de películas de este género, uno se queda con la idea de que
la ambición, el dinero y el poder dan la felicidad, lo único que pasa es que hay
que tener cuidado en no drogarse demasiado, no olvidarte de quién son tus amigos
y no darte cuenta de que tienes un corazón palpitando. No he tenido aún
oportunidad de ver la versión original, pero tengo la sensación que “Scarface”,
más que un remake, constituye un extraordinario homenaje a la película
protagonizada por Paul Muni. Al menos eso es lo que se desprende de la
dedicatoria final con la que De Palma agasajan a Howard Hawks y a Ben Hetch.
Cuando vi la película, libre de cualquier tipo de prejuicio absurdo, entré de
lleno en esta dramática y violenta historia de mafiosos, paladeándola lentamente
y degustando con fruición un ejercicio de cine negro absolutamente magistral.
Me gustaría subrayar, no obstante, que la exhibición de violencia que impregna
la película de principio a fin, ni resulta gratuita ni responde a ningún
objetivo pretendidamente artificioso u efectista. Cuentan que Oliver Stone se
mantuvo cierto tiempo inmerso en el sanguinario sub-mundo del tráfico de coca en
Sudamérica con el propósito de escribir un guión lo más verosímil posible. Tras
esa durísima experiencia, aquel joven guionista no se sintió éticamente
autorizado a plantear una historia de violencia ‘políticamente correcta’ y
apostó por incrementar el nivel de ensañamiento en algunas secuencias. Su guión
debía explicitar sin tapujos la crudeza y la irracionalidad de la mafia
latinoamericana. Y entre Stone y De Palma consiguieron al fin plasmarla. Al
Pacino, por su parte, les cogió la onda enseguida y engendró con su peculiar
estilo interpretativo al despiadado Tony Montana, un emigrante cubano cuya
desmesurada ambición lo empujará a eliminar a cualquiera que se interponga en su
particular escalada hacia la cima del crimen organizado. El personaje de Pacino
eclipsa al resto de protagonistas y que él solito se carga el film a sus
espaldas, pero es que él es mucho Tony Montana. Pocas veces podremos ver en una
pantalla de cine una sobreactuación como la del desquiciado, megalómano y
mefistofélico Tony Montana. De todas maneras, “Scarface” no empieza y acaba en
Montana. La puesta en escena es espléndida y la música electrónica de Giorgio
Moroder, fusilada hasta la saciedad, acentúa el clímax de tensión hasta límites
insospechados. No cabe duda que el personaje de Tony Montana es y será uno de
los más populares de la historia del cine porque dice y hace muchas de las cosas
que a todos nos gustaría decir y hacer pero no podemos. Y por eso y por alguna
cosa más esta película se la considera una pieza extraordinaria del séptimo
arte..
La película tuvo problemas desde el primer momento, con los propios cubanos de
Miami, que obligó a trasladar la producción a California y lo más importante fue
el abandono de Sydney Lumet del proyecto, cosa entendible leyendo el guión, ya
que su carga política es menor cada vez que avanza el metraje y aumenta
progresivamente la violencia hasta el orgasmo final. En cierta forma De Palma se
adelanta a toda la generación de directores tipo Tarantino que tenemos hoy en
día, no olvidemos que acaba de salir recientemente el video juego de esta
película donde esencialmente se trata de darle al gatillo, algo que muestra que
es lo que ha quedado en la retina de toda la historia que escribió Stone. El
guión de Oliver Stone, que en aquella época se ponía de cocaína hasta las cejas,
está bien pero peca por la edad de ciertos defectos de sensacionalismo que
ayudan a distorsionar algo la realidad. La película no tiene nada de remake del
clásico de Howard Hawks “Scarface” salvo que la violencia es lo que marca las
secuencias de toda la película, tanto latente como la explícita. Todos los
actores están magníficos, aunque Steven Bauer, parece tener demasiada clase para
un hombre de los barrios pobres de La Habana y yo particularmente no me creo su
personaje tan equilibrado....Destaco una bellísima Michelle Pfeiffer y un pedazo
actor como es Robert Loggia. Pero sobre todo y como decía al principio destaca
en sobremanera el personaje de Tony Montana, interpretado por Al Pacino, que ha
sido un actor con una calidad enorme pero también con mucha suerte, sobre todo a
la hora de tener amigos porque por ejemplo Martin Bregman, ha sido un productor
que ha pensado no una sino cinco veces en hacer películas de calidad pensando y
construyéndolas a partir de Al, cosa que no suele pasar. “Tarde de perros”, “Serpico”,
“Melodía de seducción”, “Atrapado por su pasado” y la que comentamos. Vamos todo
un lujo de amigo. Brian de Palma es un director excesivo con momentos de genio.
Demasiado barroco en sus propuestas, sin embargo, El precio del poder me parece
su película más acertada tanto narrativa como técnicamente. Pacino interpreta
mejor durante la segunda parte de la cinta. El crudo arranque adentra al
espectador en el mundo de oportunidades mafiosas que se instaló en la Miami de
los 80. De Palma acierta con la caracterización del personaje de Tony Montana, y
el espectador aún sabiendo que es un criminal, no puede sino cogerle cariño ya
que sus acciones se rigen por un código moral que si bien no es exquisito, sí es
recto. No llega a la altura de Paul Muni pero no creo que sea justa la
comparación. Destaco, aparte del celebérrimo y excesivo final, la secuencia de
la llamada telefónica. No desmerece en absoluto a otros ajustes de cuentas
contados en películas mafiosas. Es más, diría que lo borda en todos y cada uno
de sus planos. La secuencia del helicóptero también se hace un hueco en la
retina por su ausente crudeza y vehemente originalidad. Mención especial para el
colorido y hortera vestuario que viste a los nuevos reyes de la caspa. Una
mítica película que comenzó despidiendo a una isla y terminó esnifando una
montaña.
- "Amigo... en esta vida los únicos que dan órdenes son los cojones. ¿Tú
tienes?"-
El Precio del Poder, es una película sobre un delincuente llamado Tony Montana
que gracias a su carácter y astucia va ascendiendo puestos dentro de la mafia
hasta convertirse en un gángster importante en Miami. La película empieza un
poco lenta, se presentan los personajes, y poco a poco vamos conociendo a Tony,
un hombre ambicioso y con hambre de poder que sueña con tener riquezas y
placeres que lo conviertan en el rey del mundo, y ante esa meta no se detendrá,
matará a quien tenga que matar con tal de lograrlo, no tiene escrúpulos, tiene
sangre fría y es muy astuto, por eso logra su meta, pero en el camino se llevó a
muchos y ahora es un criminal respetado pero también odiado y la vida desea
cobrarle lo que hizo. La película es muy buena ya que refleja la manera de
pensar de estos criminales que no se detienen ante nada con tal de obtener sus
propósitos, también refleja que las drogas destruyen sobretodo si se consumen en
exceso, y que al final cuando ya has logrado tus objetivos te quedas solo por
que mientras trabajabas para lograrlos no tuviste remordimientos ni fuiste leal
con quien te ayudo. Lo que más me gustó fue el final, nunca me había emocionado
tanto ni me había latido tan fuerte el corazón como cuando vi ese final. La
verdad yo tenia simpatía a Tony, que se saliera con la suya y que no lo mataran,
aunque otra enseñanza de la película es que todo tiene su precio y lo que se
hace se paga.
Este film adaptado a los tiempos de su producción, sobre la película dirigida en
el año 1932 por Howard Hawks, llamada originalmente Atrapado por su pasado y
conocida en castellano como Scarface... Su argumento nos acerca a la figura del
emigrante cubano Tony Montana, llegado de Cuba a los Estados Unidos como un
refugiado político. Recién aterrizado en Florida, es llevado junto a su amigo
Manny Rivera a un centro de detención junto a centenares de compatriotas. Allí
recibirá un encargo mafioso que le abrirá las puertas de su carrera criminal en
el país y tras cumplirlo, comenzará a trabajar fregando platos en un bar de
ínfima categoría y que tiene claro abandonará pronto, pues gracias a su amigo
Manny conseguirá situarse en el mundo del narcotráfico a través de Omar Suárez
(F. Murray Abraham), hombre que tras encargarle una complicada misión le lleva
hasta quien realmente le interesa, Frank López (Robert Loggia), uno de los
narcos mejor situados de Florida, que tiene como pareja a la indolente y
caprichosa Elvira Hancock (Michelle Pfeiffer), de la que Montana queda
enamorado. Tony también visitará en el país a su madre a su hermana Gina, de la
que no tenía noticias desde hacía más de cinco años. Por ello, Tony tratará de
arreglar su situación familiar mediante regalos y promesas, quedando tan sólo
Gina satisfecha de las intenciones de su hermano, quien la tratará de una forma
excesivamente paternalista. Desde los bajos fondos hasta el éxito más rotundo,
Tony Montana se mostrará firme en lo que respecta a dirigir y controlar sus
negocios, implicándose en todos los asuntos y demostrando su carácter frío,
ambicioso, calculador y desconfiado. La interpretación de Alpacino le da a esta
película, que cabalga entre la fotografía colorista y la sombría, con un
excelente guión de Oliver Stone, una perfecta ambientación y escenas de gran
violencia, avalado todo por la gran metáfora de su trama sobre la codicia, los
excesos y las relaciones humanas, presentando el conjunto desde la perspectiva
del crimen organizado nacional e internacional. También presenta continuas
alusiones críticas al comunismo y en especial a la dictadura castrista.
Todos los actores transmiten una credibilidad necesaria para el enfoque de este
tipo de argumento. Desde el principal protagonista y frases para el recuerdo que
dejan a su personaje dentro del actor, digno discípulo del Actors Studio,
nadando dentro de Montana... hasta el cubano Esteban Echevarría rebautizado como
Steven Bauer, en el papel de Manny Rivera, o Michelle Pfeiffer como un
parasitario, arrogante y chulesco que no hace absolutamente nada productivo y se
pasa el día espolvoreándose la nariz con cocaína, afición a la que también se
suma Montana para llevarla a límites exagerados. Hasta Arnaldo Santana, el
guardaespaldas Ernie y que está estupendo. El ritmo, transcurre con fluidez
gracias además del inconmensurable trabajo de la dirección, su guión, argumento
y la memorable música del compositor Giorgio Moroder. ..¿Puedo decir algo que no
haya dicho ya y repetido miles de veces? Me temo que no.. porque SCARFACE, es
mucho mas que una película de gansters
Tengo reparos al escribir de no estar a la altura de lo que pretendo expresar
acerca de la película. Aún recuerdo cuando, al escuchar la palabra "Scarface" me
surgía en la mente esta misma imagen, la imagen de la portada de la película.
"El precio del poder" ( que para mí debería llamarse "Scarface", aunque el
título está bien elegido... es una obra maestra con clase, de esas irrepetibles
por mucho esfuerzo que se haga. Consta de un guión denso, complicado y
perfectamente enlazado, este es de los elementos que más me sorprendieron, su
intrincado guión y como se desarrolla... de forma perfecta.
Hay tantas cosas que podría decir... no hay
palabras suficientes para describir esta obra maestra. En cierto modo hay
múltiples similitudes con "El padrino". Tony Montana es el lado oscuro de
Michael Corleone, su versión cruda y descarnada, la versión narcisista,
autodestructiva y cocainómana de el padrino.
En esta película se dan lugar varias frases que son ya míticas hasta un extremo
insospechado:
-" Despídete de él"... "Saluda a mi pequeño amigo"-
Aún no he llegado a asimilar esta obra maestra, sin duda merece que vuelva a verla y comprender la trama en su totalidad. Siempre tuve la imagen de una película violenta, ese morbo que quiere descubrir si es eso verdad, me invadió desde el primer instante, al igual que el de saber que es la película peor hablada de la historia, aunque eso lo supe solo un par de días antes de verla, así estaba todo el rato, esperando a que algo sangriento pasara. En la actualidad, la violencia no es tanta como fue entonces, para entonces fue una verdadera revelación de violencia, como la escena de la moto sierra. También, como un ejemplo, el hecho de que "A quemarropa" se considerara muy violenta en esa época, ahora tristemente es un caramelito de fresa.
Muchos vieron en Brian de Palma a un buen director en progreso cuando allá por
los 70 realizó destacables filmes de terror como 'Carrie' o la desconocida
'Hermanas'. Sin embargo, Brian pronto abandonó dicho género y se centró en el
que más satisfacciones y triunfos le daría: el de gángster. Así, de Palma
consiguió grandes obras como 'Los intocables de Elliot Ness' y 'Carlito's way', además de esta, que fue la que lo consagró
definitivamente. 'El precio del poder', es una gran película de
mafia, con toda su esencia, sucia, bizarra y con todo el toque
maestro de su director. No obstante, a pesar de las magníficas críticas que se
han vertido no puedo evitar la sombra negativa y es que de Palma le imprime
al film un ritmo muy lineal, contando la historia de una forma muy plana, sin la
riqueza de su dirección como en otras películas claramente inferiores si hemos
podido disfrutar. Por supuesto la
película posee muchísimas otras virtudes como la excelente ambientación barrios
bajos, con la suciedad que los acompaña siempre y mucha violencia para
representar los bruscos métodos que Tony y sus amigos emplean para mostrar al
mundo su fuerza. Al mismo tiempo y siendo habitual en Brian de Palma, las
escenas de acción son espectaculares y logra algunos tiroteos magníficos y
algunas escenas para el recuerdo, siendo la del final la que permanecerá para
siempre en la retina de cualquier espectador.
El estilo visual de De Palma, que es siempre lo mejor en sus películas, aquí está más acertado que nunca y el realizador despliega todo su talento en todos los planos, escenas y secuencias de la película. Si hay algo que enseña esta película son dos cosas: la primera y la mas importante es la consagración de Al Pacino como un actor de esos que pasarán a la historia como uno de los mejores y la otra, la mas importante es que la ambición sin limites acaba muy mal, sobre todo si esta relacionado con el mundo del crimen. La película nos lleva al Miami de los ochenta, corrupto, de una sociedad decadente y sin brillo. Es una radiografía del mundo del crimen organizado que salvo peculiaridades puede establecerse en cualquier lugar del mundo.Pero lo verdaderamente importante es el sentido de la cinta que no es otro que el creer en uno mismo por encima de todo, en la auto-confianza, aun obviamente mediante actividades de dudosa calidad moral, pero llegando a la cima. Un remake de "Scarface" trasladado a los años 80, un extrapolación estética lógica a la recreación del lugar, el Miami de esa época, una superproducción visualmente brillante. Brian De Palma es un cineasta tan brillante como controvertido, un artista de la imagen para unos, entre los que me encuentro, un realizador efectista y manipulador para otros, no es mi caso. Se le ha acusado a veces de exhibicionismo técnico, de volátil liturgia estética, de exacerbar su gramática visual para recubrir cierta trivialidad temática. Lo esencial reside, en mi opinión, en que se adecuen al trazado narrativo de la historia, que no sean simples chispazos del genio. En este remake, al que el cineasta le dedica el film, rindiéndole tributo, así como al guionista Ben Hecht, narra la vida de Tony Montana, uno de los 125.000 cubanos expulsados de la isla por Fidel Castro en 1980 (conocidos popularmente como “marielitos”, a consecuencia de haber embarcado en el puerto cubano de Mariel). El film que comienza precisamente con unas imágenes documentales del obligado exilio, muestra al dictador comunista Castro pronunciando unas palabras significativas: “La Revolución no los necesita”. De esta forma, Castro le metió un gol a Carter, mandándole, no sólo disidentes políticos sino que aprovechó para limpiar sus cloacas de delincuentes indeseables.
Si Cuba durante el régimen de Batista fue un prostíbulo yanqui, Miami se convierte aquí en una réplica cubana de esa situación anterior. La ciudad, que será definida en un momento del film como “una enorme vagina esperando que lo jodan” es otro burdel de lujo controlado por los cubanos anti-castristas, donde conviven los millonarios con los asesinos a sueldo, los traficantes de cocaína con los policías corruptos, las prostitutas con los anticomunistas viscerales. Tony Montana es, así, el espejo en el que se refleja la corrupción social, pues todos los tipos descritos entran en relación con él. Y por aquí, cineasta y guionista, eligen el camino más fácil y seguro – de probada eficacia en el cine negro – la llegada, ascensión y caída de un gángster... no en vano, Tony presume ante la policía de admirar a Humphrey bogart y a James Cagney. Revelando la desmedida ambición de un emigrante pobre y desahuciado que ante el panorama que se le presenta no dudará en trepar hasta lo más alto sin importarle el precio que ha de pagar. Por muy fuerte que parece como todo hombre tiene sus debilidades, alguna de ellas muy nobles, como es no asesinar a seres inocentes, o la obsesión protectora hacia su hermana. Otro punto destacable es el papel de Elvira (Michelle Pfeiffer), que en la película está muy bella como amante y esposa de Tony, su gusto por el lujo y su debilidad por la droga. Michael Corleone y Antonio Montana, serán recordados por siempre como los personajes más emblemáticos, interpretados por Al Pacino.
En una oportunidad el maestro, Sir Alfred Hitchcock, manifestó a la prensa, que los críticos eran un mal necesario en el mundo del show business. Algunos de éstos críticos, calificaron al protagonista de SCARFACE como caricatura. Estos críticos nunca analizaron que el personaje de Tony era el alma de la película y que sin su presencia ésta carecía de sustancia. No tomaron en cuenta el desdoblamiento del actor en el film, el cual es simplemente monumental. Tony puede ser: mentiroso, violento, frío, asesino, ambicioso, adicto, iracundo, traidor, explosivo y degenerado. Pero al mismo tiempo puede ser afable, amistoso, romántico, simpático, protector y hasta a veces sincero, cuando habla de corazón. “Montana me gustas porque, hablas del corazón…no mientes”, le dice el magnate de la coca en Bolivia. Y es que antihéroes, protagonistas de esta índole, como Tony Montana, no caen de los árboles, ni de las plantaciones de coca, aunque en su mesa llegara a tener el paraíso en forma de montañas nevadas que intentaran elevarle mas allá de los sueños.
Lo bueno es que con sus actos y su palabra, llega a lo mas alto, construye su imperio, lo consigue a base de pisar cucarachas, a las que pide amablemente que saluden a su amiguita. Llegó del puerto Mariel a Miami. Creció fijándose en tipos como Humphrey Bogart o James Cagney y al final, escribió su historia de cine negro.
Llega un momento, cenando en un restaurante, un capo enemigo le dice:
- "¿Es esto todo?, ¿todo se reduce a esto?. Comer, beber, joder, colocarse, darle a la coca. ¿Entonces qué?. Llegas a los cincuenta con un tonel por barriga, te crecen las tetas, necesitas un sostén, se ponen peludas, se te llena la piel de manchas, comes esta bazofia, y te pareces a esas jodidas momias ricas que están ahí. ¿Todo se reduce a esto?, ¿para eso has luchado?. Me he hecho las mismas preguntas sin llegar a la cima, pero rozándola, casi alcanzándola. Pues si, eso es todo Tony. Querer joderte a ti es querer joder al mejor. Pero ahora toca caer y pagar el precio del poder."-
Y de esta manera es la última vez que vemos a Tony Montana en la pantalla..
Me atrevo a calificarla como una de las mejores películas que he visto...con un Al Pacino interpretando el mejor papel de su carrera a un ritmo excepcionalmente llevado...y serán las 2 horas y 45 minutos más rápidas que hayas visto en tu vida, gracias a una dirección impecable por parte de Brian De Palma. Le tomas tanto cariño al carismático Tony Montana que te mantiene con los ojos muy abiertos.....
EN TODO MOMENTO LA PELÍCULA ES INSUPERABLE.