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RETORNO A BRIDESHEAD

 

 

 

 

 

 

 

 

La película es conocida por la televisión británica en episodios semanales, eso no lo voy a poner en duda....

 pero mi articulo es referido exclusivamente al film.

 

La novela fue adaptada por el productor Derek Granger y Martin Thompson después de que el guión inicial escrito por John Mortimer fuera rechazado. Estuvo dirigida principalmente por Charles Sturridge aunque en parte fue Michael Lindsay-Hogg. Otro elemento importante fue la banda sonora, compuesta por Geoffrey Burgon, en la que destacaba especialmente la trompeta barroca. Las escenas ambientadas en Oxford se rodaron en los colleges de Hetford, Wadham y Christ Church y las localizaciones de la hacienda ficticia de Brideshead fueron filmadas en el Castillo de Howard (Yorkshire). Las escenas sobre la cubierta del transatlántico en el Queen Elizabeth. En comparación con Los films británicos de los años 70, Retorno a Brideshead contó con un generoso presupuesto debido a que la renovación de la licencia de emisión se encareció en 1981, motivo por el que Granada Televisión la concibió para demostrar ser una cadena de calidad. Fue galardonada en 1982 con el premio a la mejor serie dramática por la British Televisión Academy, y en 2000 fue incluida en el número 10 de la lista de los 100 mejores films británicos elegidos por el British Film Institute. En 2010, figuró en 2.º lugar según The Guardian entre los 50 mejores dramas de todos los tiempos. Con Retorno a Brideshead nos encontramos con una realización milimétrica, sumenle las interpretaciones magistrales de Sir Lawrence Olivier, John Gielgud, Claire Bloom, Anthony Andrews y el entonces joven Jeremy Irons, entre todo el elenco de actores que respaldan la historia; y localizaciones extraordinarias, exquisitas; con cierto olor a rancio, mayordomos sumisos, silencios embriagadores y relojes de pared que marcan la hora del te, entre muchas cosas más, y tendremos un punto de partida para sumergirnos en la historia de amistad adolescente de dos amigos, de comportamientos británicos ya perdidos, y de como una buena historia puede ser narrada sin nunca perder el hilo conductor. La amistad de los dos muchachos, uno de ellos con un fuerte sentido del deber moral y otro, que decidió vivir en su Arcadia particular. Un gran acierto, a mi entender, que no estén siempre presentes a lo largo de los capítulos, y un mejor acierto si cabe, entender como consiguen que no olvidemos la presencia de ellos dos en cualquier giro de guión que se nos propone.

 

Se funda en la novela homónima de Evelyn Waugh, un escritor británico conocido por sus críticas, a menudo en forma de sátira, sobre la aristocracia y la alta sociedad inglesa y por su conversión al catolicismo. La historia del capitán Charles Ryder y su relación homosexual con su compañero de la universidad de Oxford Sebastián Flyte se cuenta con gran detalle, y con gran atención a los elementos ambientales, primorosamente evocados. La historia, que toca muchos temas queridos por Waugh, como la diferencia de clase, los contrastes religiosos entre católicos y anglicanos, la homosexualidad y la hipocresía de la sociedad inglesa de entreguerras, se presenta con maestría mediante el uso de un narrador, Charles Ryder, como voz en off, y numerosos flashbacks, utilizando los castillos de Yorkshire y Venecia como suntuoso fondo del argumento, imbuido de nostalgia y decadentismo y con un equilibrio en el tono de la representación que, pese a su comedimiento, se muestra muy incisivo. Los protagonistas absolutos son los ganadores del Oscar Jeremy Irons y Laurence Olivier, quienes contribuyeron en gran medida al éxito de la serie: nominada a 11 Premios Emmy y 3 Globos de Oro, ganó además los 2 Globos de Oro a la mejor miniserie de televisión. y mejor actor para Anthony Andrews (Sebastian Flyte) y un Premio Emmy para Laurence Olivier al Mejor Actor de Reparto (Lord Marchmain). Y "la música más hermosa jamás escrita", la banda sonora de Brideshead Revisited el prestigioso Premio Ivor Novello para el compositor Geoffrey Burgon  Retorno a Brideshead, que se estrenó en su versión original bajo el título Brideshead Revisited, destaca como una mítica producción que alcanzó el estatus de ficción de culto dentro del género dramático. Esta historia, que llegó a la pantalla en el año 1981, nos narraba las vivencias de Charles Ryder durante sus años en Oxford, una etapa de autodescubrimiento que le marcó para siempre. Nos encontramos durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, donde conocemos a Charles Ryder, un capitán del ejército inglés que es enviado a la mansión de Brideshead, lugar en el que pasó gran parte de su juventud. A partir de este hecho, viajaremos al pasado para conocer cómo discurrieron sus años en esta mansión, el trato con la aristocrática familia Marchmain que la ocupaba y su relación con el joven Sebastian Flyte.

 

 

 

La dirección de la serie fue asumida por Charles Sturridge y Michael Lindsay-Hogg, que constituyen dos de los nombres más destacados de la industria audiovisual. El primero sobresale principalmente por sus trabajos en el medio televisivo, que le han llevado a participar en importantes producciones como Coronation Street, Da Vinci’s Demons, Marcella o Strike. Michael Lindsay-Hogg, por su parte, cuenta con un centenar de títulos a sus espaldas entre los que merece la pena hacer referencia a los numerosos vídeos que dirigió para The Beatles o The Rolling Stones. El reparto está encabezado por unos espectaculares Jeremy Irons y Anthony Andrews, que dieron vida a Charles Ryder y Sebastian Flyte respectivamente. Estos están acompañados por Diana Quick, Roger Milner, Phoebe Nicholls, Simon Jones, Charles Keating y mi actor fetiche, el mas grande de todos, junto a Marlon Brando...!!Laurence Olivier!!

 

 

 

La historia que se nos narra en esta apasionante producción tiene su origen en la novela Brideshead Revisited: The Sacred and Profane Memories of Captain Charles Ryder, escrita por Evelyn Waugh y publicada en el año 1945. Pese a la dificultad que siempre supone adaptar para la pequeña pantalla un relato tan complejo como el que se nos narraba en las páginas de este libro, el resultado fue inmejorable y lograba comprimir la esencia de la creación de Waugh en un producto audiovisual atractivo y perfectamente construido a nivel técnico, artístico y narrativo. Retorno a Brideshead logra destacar como un poderoso relato en el que se otorga especial importancia al plano interior de unos personajes que se encuentran en continuo conflicto consigo mismos. Además, a lo largo se tratan temas de gran relevancia en la época en la que transcurre, como la homosexualidad, la diferencia de clases o la decadencia de la aristocracia. Esta producción constituye, principalmente, un homenaje a la nostalgia y a una juventud perdida que determina de manera irremediable los adultos que llegamos a ser, lo que la convierte en una producción de carácter intimista que conecta con los espectadores a través de la evocación de tiempos pasados. El éxito que experimentó la encumbró como una de las ficciones británicas de referencia del siglo pasado, aunque las bases que sentó siguen estando presentes en las producciones actuales. Tras la buena acogida de la que gozó, tanto por parte de la audiencia como de la crítica, llegó a la gran pantalla un largometraje dirigido por Julian Jarrold. Por todo ello no es de extrañar que Retorno a Brideshead se viera reconocida con numerosas nominaciones y galardones, entre los que se incluyen: siete premios BAFTA a la Mejor Serie Dramática, al Mejor Actor para Anthony Andrews, Mejor Diseño, Mejor Maquillaje, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Sonido y Mejor Edición; el Emmy a Mejor Actor Secundario Laurence Olivier; dos Globos de Oro al Mejor Actor.

 

 

 

 

Si todavía no has visto uno de los mayores éxitos de la televisión británica, reserva un fin de semana y ponte cómodo para disfrutar de las aventuras de un joven Jeremy Irons en la mansión de Brideshead, una etapa que marcará su vida y que, sin duda, permanecerá durante muchos años en el recuerdo de aquellos que se adentren en el majestuoso hogar de los Marchmain y se atrevan a descubrir los secretos que se ocultan entre sus paredes.. La ambientación, la dirección de actores y la profunda melancolía de la historia la hacen inolvidable e imperecedera. Además, supuso el lanzamiento al estrellato de uno de los mejores actores de las últimas décadas: Jeremy Irons. Los seguidores de series, como lo fueron también "Arriba y Abajo" o "Yo, Claudio", echamos de menos historias de esta categoría  y épocas en que las series británicas predominaban, afortunadamente.... Ahora la gente se conforma con films notablemente inferiores y mucho más superficiales, casi todos provenientes de Estados Unidos. Creo que no hay mejor adaptación de una novela y es fascinante como se capta la esencia y sutileza que entre líneas define el personaje de Sebastián. Si leemos otros libros de similar época, veremos que la Inglaterra de aquellos años era símbolo de educación y de buenas costumbres, podemos darle similitud con escritos de Oscar Wilde y que naturalmente no dejaba de haber prejuicios y sacrilegios, ya por la clase media y por las intimidades de la clase alta. Brideshead se sirve de todo esto y aún sin recursos vulgares, hay contenidos que parecen crueles. Pero que a vistas del público, sigue siendo prudente en su contexto.

 

Suelen ser demasiado habituales las pésimas adaptaciones cinematográficas de novelas que hemos leído y nos han gustado. Estamos ante una de las pocas excepciones… Es colosal... En el sentido de que es literal. Calcada. Inigualable. Además, el reparto es de lujo. La fotografía y la puesta en escena brillantes. Si te ha gustado el libro, retorno a Brideshead es de las pocas novelas que releo cada cierto tiempo. Se le achaca a esta novela ser demasiado católica, el autor se había convertido al catolicismo. Pero yo me quedo con su reflejo del amor, la amistad y la juventud perdida. Que puedo decir de esta película, larga película. Que es, para mi, una de las mejores que he visto. La vuelvo a ver y vuelvo a sentir lo mismo, pero casi con más melancolía que la última vez. Porque esta serie que produce maravillosa calidad, cuenta con todo: con un guión espectacular, una ambientación de esa época británica maravillosa, todavía colonial, pero ya al borde de la extinción, y unos actores que sólo con decir sus nombres sabes de qué calidad estamos hablando: John Gielgud, Jeremy Irons, Anthony Andrews, Claire Bloom, Laurence Olivier, Diane Quick,, todo envuelto en una maravillosa música que hoy por hoy, todavía la escucho y me deja melancolía y tristeza de que hubo un tiempo que fue mejor, pero no en esta familia, marcada hasta el final por prejuicios, por la religión, por la falta de calidez de un padre y una madre, y el hijo que no quiere adaptarse y sobrevivir o, simplemente, prefiere languidecer. Es la pérdida de la inocencia contada de modo maravilloso y delicado. La evolución de Sebastián hacia ese mundo oscuro, la no posibilidad de enfrentarse a un mundo frío y cruel, frente a la evolución del amigo de la casa, Charles, magnífico Irons, en ese contraste que destaca dos polos opuestos de ver la vida: la rendición elegida frente al cinismo. Pero Sebastián no era débil. Eligió ese camino porque no quería adaptarse ni convertirse en algo que no quería, por pura rebeldía a todos, por pura pena. Pero no por debilidad.

 

 

 

Todo halagos. Desde luego, sin duda, la adaptación más fiel y milimétrica de una novela sensacional. Pero la obra cinematográfica supera al papel escrito, sublimando atmósferas, generando emociones melancólicas por un tiempo romántico y glorioso ya perdido. Lo que para Waugh comenzó como una reivindicación proconservación de las mansiones inglesas se convirtió en una oda a la amistad, al amor y a la lealtad, todo envuelto en sublime elegancia. Pues capta todo esto a la perfección, con un tempo sosegado y flemático, donde no se pierde detalle. Los Flyte son logradísimos personajes: el caprichoso Sebastián, la fría Julia y la inocente Cordelia, todos protagonizados para sacarse el sombrero. Me gustaría que se añadiese en el casting a Phoebe Nichols como Cordelia, está sobrenatural. Charles Ryder (Jeremy Irons) es un observador de lujo en la primera fase y activo de la segunda. En la primera (antes del viaje del barco) está sometido por su avaro padre y solo encuentra escape a la mediocridad de su estatus en la bucólica mansión junto con su amigo; en la segunda parte Charles se encuentra atrapado por la obsesión de entrar en la familia Flyte. Y casi lo logra. Quizás desde una perspectiva actual el asunto religioso puede parecer excesivo para la ruptura entre Charles y Julia pero no olvidemos que esta obra se ubica en los años 20 al 43, en una Inglaterra donde los Católicos eran especiales y casi endogámicos. También reconocer que el ateismo del pintor resulta terco y hasta absurdo pero ese es Ryder, agnóstico hasta para ser feliz.

El final inconcluso es tristísimo, desolador y el único que puede tener cabida en un mundo que se precipita... La Inglaterra victoriana desaparece agotada económicamente en su afán de salvar la democracia.

 

 

 

 

 Todo esto se desprende del final. La música solemne, la fotografía divina, la realización soberbia, sin concesiones a la vulgaridad, toda una obra de culto.

 

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